17/8/10

Falta de huevos

Descubrí cuál es mi problema acá en Capital y también en el Sarmiento; no tengo huevos.
Sí, lisa y llanamente y sin querer sonar guaranga, ese es mi problema; me faltan huevos.

 Si llevara en la mochila... no sé... dos docenas de huevos, las cosas serían diferentes.
Auto que se estaciona bloqueando rampas para discapacitados: huevazo en el parabrisas.
Oficinista apurado que me empuja para pasar: huevazo en el maletincito.

Imaginen:
Entro a un kiosco de microcentro. Al ver al empleado le digo "hola". Ante su ausente respuesta, repito "HOLA". Al darme cuenta que no es sordo sino maleducado, espero a pagarle, abro la mochila, saco un huevo, se lo tiro en el medio de la cara, le doy las gracias y me marcho como una duquesa con mi paquete de Beldent.

Estoy en el tren, tranquila, cuando de golpe un idiota que escucha cumbia con su celular se sienta cerca mío: me levanto lentamente y con seriedad me acerco al subsodicho sujeto, con gran serenidad tomo el celular, lo abro, le saco la batería, aplasto un huevo en los conectores, pongo la batería nuevamente, lo cierro y antes de que el dueño me grite algo, le meto un huevo en la boca. Vuelvo a mi asiento, ahora ocupado por una señora paqueta, la miro por un segundo, abro mi mochila, saco un huevo, la señora dice "no, dejá, dejá" y me devuelve el asiento.

Voy caminando por Corrientes, dos turistas se me acercan y me preguntan con dificultad si les saco una foto, mientras sonríen. Les digo que sí, los hago posar y antes de disparar la foto, bajo la cámara, me acerco, y ante la cara de confusión de los turistas abro la mochila, saco un huevo y se los doy suavemente para que pose con ellos. Los japoneses sonríen y sale una bella foto de los tres, que luego me reenvían a mi correo electrónico.

Podría comprar los huevos y llevarlos en la mochila. Podría descubrir las situaciones que ameritan un huevo.

Podría, pero no tengo agallas.

10/8/10

Sarmiento vs Ganado

Es muy común escuchar a la gente diciendo "¡pero acá se viaja como ganado!" haciendo referencia  a la cantidad de gente que viaja parada (y apretada) en el tren Sarmiento.
Es una frase muy común y no está muy lejos de la realidad.
  • Las vacas viajan paradas, en el Sarmiento también (a excepción de algunas personas afortunadas que logran sentarse).
  • Las vacas viajan todas juntas y a nadie le importa lo que las vacas piensen o sientan en ese momento, en el Sarmiento las personas viajan todas juntas y a nadie de la empresa le preocupa si nos descomponemos o estamos llegando tarde a nuestros trabajos.
  • Cuando una vaca corre hacia el camión, todas corren hacia él también, de tal manera y con tanta bestialidad, que se les tiene que poner un corralito para que vayan una por una, en el Sarmiento cuando un idiota corre hacia adentro del tren, todos los idiotas también lo hacen, sólo que nadie les pone un corralito para pasar de a uno, porque la gente de TBA sabe que la manada de gente no pasaría de a uno lentamente, sino que saltarían el corralito, empujarían al que está pasando, pasarían por entre las rejas o cualquier otra cosa que implique adelantarse al otro y tener una historia de viveza para contarle a los amigos.
  • A las vacas nadie les dice a donde van, como así a los pasajeros nadie les dice si el tren va sólo a Castelar o si llega hasta Moreno.
  • Las vacas apestan, los pasajeros también lo hacen, a cigarrillo, a transpiración o a perro. Y si deciden ponerse perfume o desodorante, se echan todo el pote, igualmente apestoso y uno tiene que viajar inhalando los hedores putrefactos de un perfume diseñado para viejas que comen helado de naftalina.
  • Las vacas defecan y orinan en el lugar donde viajan sin importales quién resulte afectado, y así se puede ver que en los pisos de los camiones hay una mezcla inmunda de todos los desechos orgánicos de todas las vacas del camión. En el tren los excrementos son el reguetón, la cumbia y el rock barato. La gente defeca estas heces auditivas desde los parlantes de sus celulares y se puede escuchar una hedionda mezcla de Callejeros con ritmo de cumbia mientras que dadi llanqui hace los coros.
  • Las vacas van rumiando, los pasajeros van tomando mate.
  • Las vacas dicen "mú", los pasajeros dicen "che, que frío" o "che, que calor".
  • Y si bien las vacas son sacrificadas al final del viaje, a los pasajeros muchas veces no nos faltan ganas de sacrificarnos o sacrificar a alguien.

8/8/10

Desdichada pueblerina

-Hola Mechi, buen día, ¿Cómo viajaste?-
-Mal-
-Ah, ¿cómo va el laburo?-
----------------------------------------
-Hola Mechi, buen día, ¿Cómo viajaste?-
-Bien-
-¿Por qué? ¿qué pasó?-
-Tomé el 57-
-Ah.-

6/8/10

Basura

En Provincia suelen haber espacios reservados para la basura. Y con esto quiero decir que hay esquinas de terrenos baldíos en los que los vecinos deciden dejar sus desechos del hogar, y cada tanto ciertas cosas que no usan mas, como sillones, monitores, o los restos mortales de sus mascotas.
Claro, cada tanto aparece algo que, como bien dice la frase, "basura de unos, tesoro de otros", pero sucede muy rara vez.En general la gente de Provincia se aferra a su chatarra.
En Capital no es así, la basura casi-servible está en todas las esquinas de la Ciudad. Pero no porque la gente sea desinteresada y tire todo lo que pasó de moda; sino que está lleno de hoteles, oficinas multinacionales y demases empresas a las que les sobra el dinero y se manejan como se hace en EEUU; si hay algo mejor, se tira.

En Moreno si llego a ver un armario bueno, que sólo tiene saltada la pintura o roto un cajón, lo único que tengo que hacer es levantarlo o arrastrarlo como mucho 40 cuadras hasta mi casa. Sí, es un trabajo arduo, pero cuando uno es basurero, uno es basurero.
Microcentro es como un paraíso para los basureros; en las puertas de los hoteles suelen haber tantas cosas que a cualquier Almabasuril como yo llenan de regocijo. Un capitaliense promedio puede pasar al lado de cosas que deslumbrarían a cualquier Almabasuril sin siquiera mirarlo. Algún que otro capitaliense atento chusmea los tesoros sin detener su marcha y sacia de esta manera su  poca sed de basura casi-servible. Y no hablo de basura en bolsas... no, no... hablo de cosas  tan maravillosas como pizarrones casi nuevos, tablas de madera que podrían servir para algo algún día, muebles que se arreglan con un retapizado y varios clavos.

El otro día encontré un pequeño placard con estantes y cajones que estaba medio desclavado, una caja fuerte que tenía la puerta abierta, un sillón de computadora que no tenía nada y una pequeña cajonerita. Todo tirado en la esquina de un hotel.
Era temprano a la mañana, mis ojos se abrieron completamente y pronuncié un "aaaaaaa!!!!!!" reprimido y "para adentro". Comencé a frotarme las manos y a secarme la baba frente al gran tesoro mientras me preguntaba "¿por dónde empiezo?". Pero luego un bichito lleno de patas adentro mío llamado "lógica" me dijo que realmente no podía hacer nada, que no tenía dónde llevarlo en Capital, que vivo lejos y que nunca iba a poder llevarlo a Moreno.
Le dije "bueno, levanto lo que puedo, lo llevo a la oficina, lo dejo ahí---" y al toque me imaginé llevando un placard roto adentro del edificio, cruzar arrastrándolo a través del hall todo lustrado e impecable, pasándolo por el molinete de entrada, empujándolo dentro del ascensor y pasando mi mano a traves del agujero arreglable del placard para apretar el botón de mi piso... no, no tenía lógica. Peor cuando empecé a imaginarme la situación dentro del tren, yo con la silla, el placard y la cajonera entre los asientos y la caja fuerte en la tarima para poner bolsos, la gente diciéndome que vaya al furgón y yo contestando que no, porque ahí fuman y que odio el cigarrillo.
Ninguna situación tenía sentido.
Les deseé lo mejor y los abandoné. Cuando pasé de vuelta ya no estaban.

Es duro ser pueblerino en Capital.

2/8/10

Teorías

He notado que la gente tiene tendencias a crear teorías sobre todo lo que lo rodea.
No hablo de grandes científicos pensando sobre el mundo y lo desconocido, hablo de un tipo que vive en Ituzaingó con su madre y que piensa sobre por qué ese viejo guarda botellas en su bolso.
Siempre sus teorías tienen rasgos de tragedia, de dolor y de angustia.
Hace unos años, murió una concejal de Moreno. La Municipalidad entonces, colgó en el la puerta del Palacio una enorme corona de flores en homenaje a la difunta concejal. Pasé con el colectivo por la puerta, y una señora al ver las flores dijo "¿Y eso?", "No sé" le contesta otra señora. A la primera se le ilumina el cerebro y dice "¡¡Aaaah!! ¿Sabés que debe ser? Porque murió Sandro" (Sandro había muerto dos días atrás). "Ah, claro" dijo la otra vieja, y se sintieron conformes. Estoy segura que cuando llegaron a la casa le contaron a la familia "¿Sabés que en el Palacio Municipal colgaron una corona de flores por la muerte de Sandro?".

El otro día iba en el tren medio dormida y me despiertan los bocinazos del tren y una frenada abrupta. Abrí los ojos y llegué a ver a una vieja que cruzaba el paso a nivel distraída. No vió al tren que se acercaba, la gente le gritó pero ella estaba tan distraída que no los escuchó. Un hombre la agarró de los hombros y la detuvo. Si ella hubiera cruzado dos segundos después, la hubiera atropellado.
La señora se quedó shockeada y algo confundida.
Todo pasó en unos segundos, y alguien dentro del tren gritó "¡uy, agarró a alguien!". Todos los pasajeros con cara de preocupación y diciendo "¡¡OH, NO!!" se voltearon a la ventana mirando debajo de las ruedas, para observar el tan esperado cadáver destrozado.
Claro, que no había atropellado a nadie, y la gente tardó un poco en ver que la potencial víctima fue la señora, pero que no le pasó nada.
Luego de que los guardias de seguridad de TBA y la gente que pasaba por ahí comprobaran que la mujer estaba bien, el tren prosiguió la marcha (la culminación de esta comprobación fue un chino que pasó por ahí y al ver que todos estaban alrededor de la vieja paró, la miró de arriba a abajo y siguió caminando algo decepcionado por no haber visto la ausencia de algún miembro, o alguna viscera colgando de su abdomen).
Un hombre dentro del tren entonces dijo su teoría; "se ve que se quiso suicidar". Todos los pasajeros aceptaron esta teoría como propia mientras ponían cara de tristeza y empatía con la pobre suicida señora. Yo largué una carcajada, y todos me miraron con cara de "¿cómo te vas a reír de una pobre señora suicida?". Me dieron ganas de decirles: "¡¡YOOOOOO me quiero suicidar!!".