30/7/12

Fin

El 22 de Febrero pasó algo horrible que cambió la vida de muchas personas.

Y, claro, también la mía. Y por ende, el blog también cambió.

Fui notando como los comentarios y visitas decaían día a día desde el accidente. Noté que ya nadie me visitaba y que no importaba cuánto esfuerzo yo pusiera en escribir, simplemente mi público ya no estaba allí.

Pero ahora entiendo el porqué.

Este blog siempre tuvo la intención de hacer reir. Nunca quise lograr otra cosa con él, más que divertirlos a ustedes y lograr que se sientan identificados con mis historias.
Pero luego de algo tan horrible, un blog como este ya no puede ser gracioso. Fue una desgracia terrible, y no hay vuelta atrás de eso. Nada va a volver a ser como lo era antes del accidente.

¿Qué gracia tiene contar que una vieja me empujó en el tren? Un tren que hace unos meses casi me mata por pura irresponsabilidad y negligencia. Cero gracia. Murieron 51 personas y se viaja igual (o peor) que antes.
No tiene lado chistoso, sin importar cuánto lo mires.

Así que decidí despedirme y cerrar el blog. A veces las historias tienen un final triste, y lamentablemente, el final de este blog lo es.
La Pueblerina murió ese día. En lugar de ella, ahora hay una Decepcionada con todos los que dejaron que eso pasara, con los que declararon cosas horribles luego del accidente, con los que no declararon nada hasta varios días después, cuando tendrían que haber sido los primeros en darnos consuelo.

La Decepcionada no puede escribir, porque llora cuando piensa en todo lo que pasa en este país.

Nunca voy a dejar de estarles agradecida a ustedes, mis queridísimos lectores. Siempre estuvieron conmigo. En cada viaje, en cada pelea y en cada pequeña aspiración de smog capitaliense, estaban ustedes mirándome y esperando que transformara cada pequeña desgracia que vivía en la Ciudad en una historia.
No sé como agradecerles por estar ahí.

Por ahora no tengo planes de seguir escribiendo. Pero si lo hago, se enterarán por una actualización de esta entrada, por Facebook o por mi Twitter.


Gracias, y adiós.